Planta del Diccionario “Coruña” de la Lengua Española Actual

 

por José-Álvaro Porto Dapena

 

 

 

 

Índice

 

 

 

2.2.  Cuerpo del artículo: su división y organización general

 

         La parte correspondiente al cuerpo o desarrollo del artículo puede constar de los siguientes componentes: a) introducción o “babero”, b) acepciones y subacepciones, c) expresiones fijas o subentradas, y d) familia morfológica o etimológica.

 

         Inmediatamente después del enunciado, se colocará la marca de categorización correspondiente a sustantivo, adjetivo, verbo, etc., y a continuación puede aparecer una introducción, también conocida en el argot lexicográfico con el término de “babero”, en la que se expresan algunas características del vocablo de tipo general, esto es, no asociadas tan solo a alguna o algunas de sus acepciones o usos sintácticos, como pueden ser, por ejemplo, particularidades de tipo morfológico, fonético u ortográfico, o indicaciones relativas al registro lingüístico o frecuencia de uso, etc. Así, por poner tan solo un ejemplo, en el artículo correspondiente a un verbo irregular se indicará siempre el modelo al que corresponde su conjugación o, en todo caso, las correspondientes formas irregulares.

 

         Naturalmente, si el artículo no necesita introducción, se comienza directamente señalando las diversas acepciones, las cuales irán numeradas ―incluida la primera― con números arábigos. Si el artículo lleva introducción, ésta aparecerá separada del resto del artículo por un punto y aparte, a no ser que la palabra estudiada no presente más que una sola acepción. Es inmediatamente después del número de la acepción cuando, en abreviatura, se expresará la subcategoría de la palabra estudiada, abreviatura que se expresará, como todas las marcas, en cursiva y en este caso también en minúsculas. Según los casos, unas veces antes y otras después de la subcategoría se situarán cualesquiera otras marcas relativas al uso, difusión, frecuencia, etc. del vocablo en esa acepción concreta. De las marcas nos ocuparemos más adelante.

 

         Las acepciones —repetimos— irán numeradas correlativamente, independientemente de que formen grupos o familias de afinidad semántica, en cuyo caso cada grupo formará párrafo aparte introducido por el símbolo Ä y sangrado; aunque, como decimos, las acepciones de cada grupo seguirán, correlativamente, la numeración del grupo anterior Dentro de cada familia las acepciones se separarán mediante punto y aparte, y dejando el texto sangrado respecto al número de acepción.

 

         La parte correspondiente a las expresiones fijas se divide en tantos apartados cuantos tipos de dichas expresiones hayan de registrarse, en el siguiente orden: locuciones nominales, locuciones adjetivales, locuciones verbales, locuciones adverbiales, locuciones preposicionales y conjuntivas, y, finalmente, expresiones especiales. Cada uno de estos apartados se introducirá mediante el topo (¨) seguido de la indicación en abreviatura y letra cursiva del tipo de expresiones, así: loc. s., loc. adj., loc. v., loc. adv., loc. prep. y conj., y expr. Las expresiones de cada grupo se separan entre sí por dos plecas (||) y si tienen varias acepciones, éstas se numeran y separan por una sola pleca (|). Veamos un ejemplo de esto último:

 

aspar. [...]

 

¨ expr. así (o aunque) lo(s) (o le(s)) aspen. Coloq. 1. Sirve para enfatizar una negación.

 

Torear, sí, supone un complicado ejercicio con los toros difíciles; ahora bien, si salen fáciles, estas figuritas tampoco son capaces de torear, nunca, de ninguna manera; así los aspen. (El País Digital, 10/07/96).

 

| 2. Por encima de todo.

 

Si la única prueba verdadera de amor que un hombre puede dar a una mujer es casarse con ella, Juan ha traicionado este amor porque no quiere asumir los requisitos del matrimonio, y Juan, que siente cómo el amor se burló de su buena fe agazapándose en una institución con la que hay que cumplir así le aspen, lamenta no haber sabido inculcar a su mujer que el abismo de malentendidos no se salva aboliendo uno de los dos pareceres. (Longares, La novela del corsé).

 

|| ¡que me aspen!  Se utiliza para enfatizar una afirmación. © Suele ir seguida de una oración condicional: “¡Que me aspen si no tengo razón!”.

 

¡Que me aspen si entiendo algo! (Alviz, Un solo son).

 

         Finalmente, la parte correspondiente a la familia morfológica consistirá en una simple enumeración, por orden alfabético, de las palabras, escritas en cursiva, emparentadas morfológicamente con la de la entrada. El grupo, que constituirá párrafo independiente, se introducirá con un calderón (¶).

 

 

 

 

 

 

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